Yo ya tengo un puto follón con los nombre de los personajes, así que me voy a referir directamente a los jugadores, al menos hasta que encuentre una forma fácil, rápida y útil de llevar un recuento.
El tema es que los superviviente al Servidor de los Otros Dioses se dirigieron al hotel atacado para recuperar las cosas de sus compañeros y las de Clarise, que salió de ahí con lo puesto. Pero antes de llegar siquiera a la entrada del hotel, un bastón detuvo a John; su dueño era un anciano bien trajeado, con sombrero y anteojos, acompañado de un joven fornido y una chica.
El hombre se presentó como Rupert Bennett, y a sus acompañantes como su ayudantes (de cuyo nombre ya no me acuerdo, pero eran los nuevos personajes).
Bueno, pues el señor Bennett impidió que se intentasen colar en el hotel, ya que estaba atestado de policía, y fueron a tomar un té mientra intercambiaban unas palabras. Bennett demostró saber mucho sobre los jugadores (había estado investigando) y les dijo que sus ayudantes y él podrían serles de utilidad. Se presentaron como miembros de una organización llamada Guardianes y esto, además de la gran cantidad de información que conocían sobre los jugadores, llevó a la mejor situación de interpretación que he visto desde que llevo jugando a rol: los más, llamemosles "veteranos", no se fiaban de los nuevos, así que los sometieron a un interrogatorio, mientras que los nuevos contestaban a sus preguntas intentando no desvelar demasiado sobre su organización. Al final decidieron fiarse de ellos, aunque siempre recelosos.
Esa misma noche asaltaron el hotel, gracias a una magnífica interpretación de anciano atracado por parte de Bennett; y a continuación se dirigieron a la Fundación Penhew, donde aún les quedaba una sala secreta por inspeccionar. Después de colarse y noquear al guardia fueron a la habitación donde se encontraba un sarcófago, en el que descubrieron un mecanismo secreto.
Dentro encontraron un sótano con varios pergaminos, dinero unas dagas, un vasija con un polvo plateado y algunas cosas más. Ya de paso, también aprovecharon que la caja fuerte del despacho de Gavigan estaba abierta para llevarse el dinero que había.
Y ahí acabó la partida, luego nos fuimos de tapas, para no perder la costumbre, y a la quedada de juegos de mesa del albergue donde, entre otras cosas, jugamos al Sherlock Holmes: Detective Asesor y conseguimos acabar el primer caso, con una mísera puntuación de 10.
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