Tras varios días de viaje marítimo a través del atlántico los investigadores llegaron al puerto de Southampton, donde inmediatamente cogieron el tren hacia Londres.
Una vez en la ciudad pudieron comprobar como los tópicos de niebla permanente, las vestimentas de la gente y demás eran totalmente ciertos :P Además, al bajar del tren, un chico al grito de "Extra, extra" anunciaba el artículo del periódico The Scoop en el que se hablaba de los crímenes egipcios, periódico que compraron sin dilación.
Comenzaron buscando un hotel en el que hospedarse, convenciendo a Sofonisba para que les pagase la estancia en el Hilton de Londres.
Tras esto, se dispusieron a seguir con sus investigaciones. Mientras unos se dirigieron a la Fundación Penhew otros fueron a buscar al inspector Barrington, contacto que habían obtenido a partir de Jonas Kensington en Nueva York y del artículo del Scoop.
Myklos, Ernest y James se encaminaron hacia Sotland Yard para entrevistarse con el inspector Barrington, quien no se encontraba en ese momento ahí; pero James consiguió, gracias a su labia, sonsacarle al agente que Barrington se encontraba tomando su té de la mañana en la cafetería de enfrente.
Una vez allí el camarero les indicó quien era el hombre al que buscaban y comenzaron a entrevistarse con él. Mediante una serie de argucias lingüísticas hicieron ver al inspector que eran gente de bien y que podrían resultar útiles para la investigación, por lo que este les contó lo que sabía sobre el caso de los asesinatos, que recibían el nombre de asesinatos egipcios porque 17 de los muertos eran de esa nacionalidad. Les contó también que las investigaciones le llevaron Tewfik al-Sayed, un vendedor de especias egipcio, pero tras varios días siguiéndolo no descubrieron nada. Además le proporcionó las señas de un lugar de ambiente egipcio llamado La Pirámide Azul.
Al preguntarle por Elias, el inspector comentó a los investigadores que tuvo una entrevista con él en la que le contó que en Londres operaba una secta egipcia conocida como La Hermandad del Faraón Negro y que los asesinatos seguían el mismo ritual que llevaba acabo esta secta, sin embargo una entrevista con un experto en el tema, Edward Gavigan de la Fundación Penhew, demostró que Elias podría estar algo trastornado, ya que dicha secta desapareció hacía miles de años.
Por otro lado, Sofonisba, Clarice y Louise se dirigieron a la Fundación Penhew, donde se entrevistaron con Edward Gavigan.
Gavigan respondió a todas sus preguntas sobre la Expedición Carlyle sin problemas y se ofreció a mostrarles algunos objetos de la colección de la fundación. Tras ello quedaron al día siguiente para una nueva entrevista, ya que Gavigan tenía el día ocupado.
Las chicas decidieron seguir a Gavigan cuando salió de la fundación para ver a dónde se dirigía; y llegaron a un restaurante llamado Diamondback. Mientras Louise se asomaba a la puerta para husmear, un cliente salió del restaurante haciendo que esta casi cayera al suelo por la sorpresa. Al verla, el camarero la invitó a entrar y tomar el almuerzo así que para disimular todas comieron en el restaurante, sin embargo no lograron ver a Gavigan entre los clientes ni tampoco lo vieron salir del local. Tras pagar la cuenta, que no fue poco, se marcharon para encontrarse con sus compañeros.
Una vez todo el grupo reunido, se dirigieron a las oficinas del Scoop, donde conocieron a Mickey Mahoney, editor del periódico. Mahoney les comentó que estuvo hablando con Elias, y que este le contó algo sobre una secta que operaba en Londres y que le conseguiría la historia, también les contó que Elias había mostrado interés por unos artículos antiguos del periódico y se los entregó; en estos artículos se mencionaba a un artista que hacía unos cuadros horrendos y una serie de crímenes en la localidad de Lesser-Edale. Tras esto los investigadores volvieron al hotel a dormir para afrontar el día siguiente.
Por la mañana las chicas junto con James se dirigieron a la Fundación Penhew para la entrevista que tenían a las 9:00, mientras Myklos y Ernest fueron a visitar a Miles Shipley.
Cuando llegaron a la casa de Shipley fueron recibidos por su anciana madres, a quien lograron convencer de que querían comprar un cuadro de su hijo para poder hablar con él. Berta los llevó hacia la boardilla en Miles trabajando, quien paró para mostrarles su obra; tras mostrarles sus cuadros y ver que de lo único que estaba interesado Miles en hablar era de su pintura, los investigadores decidieron marcharse. Sin embargo Berta había estado atenta a los intentos de estos de obtener información "delicada" de su hijo, así que les ofreció ver la obra maestra de su hijo. Miles abrió el trastero de la boardilla, donde había un lienzo tapado por una manta, cuando lo descubrió los investigadores pudieron ver un cuadro de una ciénaga pantanosa con un pequeño islote en el centro, en el que había una especie de altar. Myklos pudo ver tras un rato como el cuadro parecía tener vida, para de repente verse dentro de la escena; el impacto fue tan grande que cayó desmayado.
la que se encontraba
Al ver como su compañero desaparecía para aparecer dentro del cuadro, Ernest comenzó a preguntar a Shipley qué había pasado con su amigo, cuando la madre le intentó calvar una aguja de hacer punto en la garganta, aunque Ernest tuvo los reflejos suficientes para esquivarla. De repente Berta comenzó a transformarse en alguna especie de serpiente, por lo que Ernest salió huyendo; lamentablemente mientras corría sintió como su cerebro se colapsaba y se quedó de pie, quieto sin poder moverse, para a continuación ver como aquella criatura con forma de serpiente lo deboraba.
Cuando Myklos despertó en ese extraño lugar había perdido por completo la memoria debido al trauma, no sabía ni quien era ni dónde estaba. Decidió que lo mejor era salir del islote e ir a una parte de tierra que se veía a unos metros; pero mientras atravesaba el pantano fue mordido por una serpiente cuyo veneno acabó con su vida a los pocos segundos.
Mientras, los demás llegaron temprano a la Fundación Penhew y fueron llevados a la sala de espera del despacho de Gavigan. Aprovechando que el caballero que se encontraba con ellos fue al servicio, Louise y Clarice se colaron en el despacho; miraron en la caja fuerte que se encontraba abierta y con un fajo de billetes, pero decidieron que no era lo que buscaban y continuaron buscando en el interior del armario, donde descubrieron un panel móvil que llevaba a la habitación contigua, donde pudieron ver un sarcófago. Tras esto salieron del despacho y se entrevistaron con Gavigan cuando llegó. Tras volver a contarles lo del día anterior (por que nadie recordaba para qué se había concertado esta cita) y hacer una serie de preguntas indecorosas sobre Elias y la fundación, Gavigan dio la entrevista por terminada y les pidió amablemente que se marchasen.
Tras pasar el día sin dar con sus compañeros, Louise, James, Clarice y Sofonisba decidieron buscarlos en la casa de Shipley.
Una vez en la casa, al preguntar a Berta por sus compañeros, esta les invitó a ver la obra de su hijo, pero antes de llegar a subir la escalera Louise pudo ver marcas en el suelo y percibió el olor de la lejía, como si hubiesen limpiado algo hacía poco, por lo que prefirió recordar que tenía algo urgente que atender y que sus amigos debían acompañarle.
Tras esto James se puso en contacto con la policía para que investigaran a la familia, pero tras un par de entrevistas con Berta no encontraron nada sospechoso.
Decidieron entonces volver a visitar a los Shipley. Esta vez las preguntas de James pusieron a Berta nerviosa, por lo que esta reaccionó clavándole una aguja en el cuello, haciéndolo sangrar y cabreándolo, por lo que James sacó su revolver y disparó a Berta en la cabeza mientras esta corría escaleras arriba, con la suerte y el tino justos para acertarle en plena cabeza justo antes de perderla de vista, cayendo su cuerpo muerto al suelo. Unos pocos segundos después James pudo contemplar horrorizado como la difunta anciana se convertía en una criatura asquerosa con forma de serpiente, siendo su reacción salir corriendo del lugar; sus compañeras, sin saber muy bien porqué, imitaron a su compañero y huyeron a toda prisa.
*Y eso fue todo por ese día, tras 3 horas y media de sesión tuvimos los primeros muertos, y lo de siempre, risas, muchas risas; y después unas tapas.
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